A veces queremos transmitir a nuestros estudiantes mensajes, ideas, pensamientos, para que comprendan de mejor manera su realidad, sin embargo, en lo primero que habría que pensar es en el qué queremos transmitir, cómo queremos o debemos transmitirlo y cuándo es el momento propicio para hacerlo. Podemos tener las mejores intenciones... pero siempre debemos detenernos a pensar en la edad de los estudiantes y su estado de madurez para que empleemos los canales, el lenguaje y las estrategias adecuadas para que el mensaje no se distorsione y cumpla su objetivo. No todos estamos preparados para recibir todo tipo de información en cualquier momento de la vida...
Somos docentes y esta es una misión que implica un nivel de responsabilidad enorme, podemos transformar vidas dejando una huella imborrable para bien, para determinar el éxito y la felicidad , o para mal, para marcar negativamente el futuro de uno o muchos seres humanos.
